¡Mis increíbles seguidores!

miércoles, 19 de octubre de 2011

El ratoncito Colorao CAP.2 ISABELLA

EL RATONCITO COLORAO
Cap. 2 ISABELLA

Isabel vio como Arturo volvía a la cubierta, charlando con otro marinero.
En un momento de la conversación, se giró y sus ojos verdes escudriñaron el puerto entero.
Hasta que se pararon en los ojos de Isabel.
 Ella no apartó ni un segundo la mirada.
Arturo la sonrió dulcemente y pronunció unas palabras que la chica leyó en sus labios.
"Pronto nos veremos de nuevo. Te quiero"

La gente a su alrededor agitaba pañuelos, y vertían lágrimas, ella no, ella estaba inmóvil, callada.
La señora gorda que minutos antes la había tachado de "muchacha impertinente", estaba a su lado, despidiéndose del joven con el que hablaba Arturo.
- Hijo ten cuidado!- decía- Hay muchos peligros en el mar, recuerda ser siempre prudente y no te acuestes tarde!
Isabela sonrió.
Arturo le hizo un gesto emocionado con la mano. Podía ver la ilusión que le hacía viajar, pero ella debería estar meses sin estar a su lado.
Sin ningún tipo de distracción, pues no tenía ninguna afición significativamente importante para ella.
Le echaría de menos...
Pero no había más remedio, debía decir "Adiós" por un tiempo. La idea de que desembarcasen en una isla llena de mujeres bellas, perfectas, la aterrorizaba. Quizás al viajar pensaría que ella no era suficiente.
Que necesitaba más...
Aparto bruscamente esos pensamientos de su mente, y caminó por el paseo marítimo en dirección a su casa.

La señora mayor dejó caer alguna lágrima al mar y una vez superada la fase de "Es mi hijo, ¡debo estar con él!" le dijo:
- Adonde vas, señorita maleducada?
- A mi casa, acaso no puedo irme?
- Por supuesto que puedes, pero no dejando el pañuelo tirado así como así por el suelo.- movió un pañuelo frente a su cara
- No es mio- dijo seria
- Y de quien es entonces?
- No lo sé, señora- dijo Isabel
- De acuerdo, entonces lo dejaré aquí
Puso el pañuelo en el suelo, delicadamente y haciendo espavientos para agacharse.
- A mi edad no se es tan ágil como tú, amiga mía.
Isabel le dedicó una sonrisa compasiva, se giró y caminó hacía delante
.Llegó por fin a su hogar, entró en su habitación y se asomó al balcón, todavía había gente comentando la partida de sus respectivos maridos, hermanos, hijos...

- Isabella!- gritó una joven rubia, de ojos color miel desde la calle
- Llámame Isabel! Te lo he dicho muchas veces, Paulina!
- Es tu nombre verdadero
- Si, pero no me gusta y lo sabes- dijo Isabel
- Bueno, "Isabel" ¿Se ha ido ya?
-Si, va a cumplir su mayor sueño
- Pero aún así tu estas triste.
- Ya se me pasará, tranquila
-¿Seguro?
-Seguro
-Baja, anda!- dijo Paulina- No hace día como para encerrarse en casa

Isabel suspiró, no podía con aquella chica. Siempre acababa convenciéndola.
- Enseguida bajo!- dijo
Se lavó la cara y bajó, no sin antes pasar por la cocina y conseguir una pieza de fruta.
¿Que estaría haciendo Arturo en ese momento?
¿Estaría bien en el barco "El Ratoncito Colorao"?
¿Correría peligro su vida en algún momento?
¿Cambiaría esa aventura su forma de pensar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario