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miércoles, 19 de octubre de 2011

El Ratoncito Colorao CAP.1

EL RATONCITO COLORAO
Cap 1. NUEVO A BORDO

El puerto estaba activo, lleno de gente que volvía del mercado y se paraba a cotillear un poco sobre las
novedades del día.
Isabel buscó la mirada de un joven grumete a punto de embarcarse en su mayor aventura.
No la encontró.
Pasó a través de la gente, a codazos. La multitud se giraba escupiéndole palabras groseras, pero a ella no le importaban las habladurías de una señora mayor y sinceramente gorda, que la llamaba "Mal educada sin sentido de la cortesía" y la empujaba del brazo para no perder el equilibrio, en cuanto Isabel la empujó.
Pero tenía motivos para comportarse así.
Él.
Él era su motivo.
Un chico de ojos verdes con el que topó de repente. Su pelo castaño le caía jovialmente sobre la frente, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
Se abrazaron en silencio.
- Cuándo volverás?- preguntó Isabel
-En cuanto me sea posible. Créeme.
Ella sonrió y descansó su cabeza sobre el hombro del chico.
- Isabel, será mi oportunidad de salir de este pueblucho, podré vivir en alta mar durante un tiempo, y al volver, te contaré todas las aventuras del viaje. Escríbeme.
- Lo haré, no lo dudes.
Los ojos de Arturo ya no la miraban, ahora centraron su atención en laa ajetreadas preparaciones de última hora que vivían a bordo.
- Debo marchar. Prométeme que estarás bien
- Sé cuidarme sola- rió Isabel
- Eso no lo pongo en duda.
Y compartiendo con la chica su mejor sonrisa, subió al barco.
El "Pela-patatas", el cocinero del barco, estaba a punto de sufrir un ataque de nervios al ver que nadie le ayudaba a subir un baúl lleno de alimentos.
Así pues, tuvo que subirlo él solo, entre suspiros y maldiciones.
"Porque tuve que abandonar la medicina?" pensaba para sus adentros.
- Vamos, Pela-patatas, date un poco más de prisa- dijo Arturo
- Perdona, jovencito pero me gustaría un poco más de respeto por tu parte, o de lo contrario abandonaré el barco y me dirigiré a mi tranquila consulta, donde no tengo que soportar mequetrefes como tu.- su orgullo era infinito, y en ese tipo de discusiones lo demostraba con creces.
A pesar de todo, el "Pela-patatas" jamás abandonaría su barco, su querido "Ratoncito Colorao" que le había librado de la vida aburrida de un simple doctor.
Medicinas por aquí, inyecciones por allá...
Sabía que las aventuras que corría a bordo de ese navío, compensaban la falta de educación de sus tripulantes, a la que estaba acostumbrado.
Pero aquel chico era nuevo. Inspeccionó sus facciones en busca de algún rasgo familiar, pero nada.
- Pasa algo?- preguntó extrañado Arturo
- No, no. Eres nuevo?
- Si
- Entonces, deberás saber que es tradición que los novatos lleven el equipaje del cocinero.- mintió Pela-patatas
Arturo descubrió pronto la trampa, el cocinero no sabía mentir. La risa asomaba en su rostro, disimulada con torpeza. Pero le dio pena aquel pobre señor y subió a bordo el equipaje.
- Por aquí, baja el baúl a la cocina.
Le guiaba él.
Isabela contempló divertida la escena en la cubierta, pero los perdió de vista cuando bajaron a la parte de los camarotes.
"Espero que vuelva a subir para despedirse de mí..." Pensaba.

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