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miércoles, 25 de abril de 2012

Encantado de conocerte.

La chica muestra una inquietud creciente mientras camina por el aeropuerto, y millones de infinitos pasan fugaces por su mente: Los infinitos que juró aquel chico de ojos verdes, que se perdieron en la nada, las infinitas lágrimas que solo la música pudo secar, la infinita espera hasta que llegue su avión y la arrastre lejos de allí...
Su maleta, color crema, no ocupa mucho, ha escogido lo estrictamente necesario para comenzar una nueva vida. Compra un refresco con unas cuantas monedas sueltas y regresa a la silla donde está su equipaje. Por el camino, se topa con un chico rubio y sonriente, que se disculpa y se muestra encantador, pero no llega a presentarse. Pasando por alto ese detalle, continúa la insufrible carga de ver como aviones despegan sabiendo que el suyo todavía no llegará.
Mira su teléfono móvil constantemente, falsamente convencida de que la volverá a llamar para decirle que todo a sido un malentendido, que siempre la ha amado. Nada, ni una llamada, ni un simple mensaje.
Por fin la aguja de su reloj se mueve perezosamente hasta marcar una hora en punto. Una voz femenina anuncia la llegada del avión con destino a Londres.
Prepara sus pocas posesiones con prisa, como si se tratara de un niño cuando suena la campana que indica el fin de las clases.
Sonríe. Su sueño está a un mar de distancia, pero cada vez se acortará más.
Ya dentro, se acomoda rápidamente, y se sienta sola junto a la ventana. Busca con ansia algo en su bolso, y saca de el unos auriculares blancos. La música comienza, el viaje también.
A la mitad de la canción, se ve obligada a pulsar el botón de pause, ya que el chico de antes está enfrente suyo, preguntando algo que no ha podido sentir. Mirada interrogativa por parte de la chica, que hace comprender al chico que no le había escuchado.
- ¿Está libre este sitio? -repite
- Si, si, claro
Distraída, vuelve a colocarse los auriculares. Él saca un IPod del bolsillo de sus tejanos y desconecta, como ella.
Media hora después, la curiosidad les ha vencido. "¿Qué escuchas?" Dice ella, y las horas siguientes vuelan. Tienen el mismo gusto musical. Sonríen, se intercambian miradas y bromas. Cuando quiere darse cuenta, le ha contado su vida entera, sus sentimientos y pensamientos a un desconocido.
De alguna manera, le parece sencillo, él no la juzga.
Entonces las luces en el icono del cinturón se iluminan ligeramente, y comienzan a brillar con intensidad. Un anuncio del copiloto del avión les sobresalta. Es inglés, y no lo han traducido, por lo que los dos jóvenes no saben que está pasando.
A su alrededor, la gente se agita en sus asientos y se abrocha el cinturón con más nervios de lo normal. Una niña pequeña chilla, y duele sentirla, el corazón se parte en dos. Su madre, inglesa, la coge y la obliga a mantener la calma. 'We'll be okay' susurra, acariciándole el pelo.
La chica está siendo presa del pánico, porque el constante movimiento irregular que está teniendo el avión no es normal. Pero él, aquel chico rubio perfectamente diferente, sigue sonriendo. También lo está pasando mal, sabe perfectamente porque la gente chilla y llora a su alrededor.
La mirada de aquel chico es tan sincera que ella se siente conmovida. Siguen hablando, por encima de los llantos y del miedo. En un momento, la chica comienza a llorar, angustiada, y él la abraza y le dice que no es nada, que es una broma de MTV. Se ríe porque sabe que es mentira, pero eso ya la ha echo olvidarse de todo.
- Más les vale que, después de esto, nos den un viaje gratis- susurra él
Las luces se apagan, el terror recorre su cuerpo, el avión se tambalea y las maletas caen con un insoportable estruendo.
El piloto ruega que mantengan la calma, pero es lógicamente imposible.
- No me has dicho tu nombre- dice el chico, con naturalidad
- Me llamo Rebeca- dice ella, temblando
- Yo David.
Sus manos se unen inconscientemente, se abrazan, ella cierra los ojos tan fuerte que llega a doler. "I'm sorry" dice agotado el piloto, arrastrando las palabras por la sensación de estar matando a muchas personas.
Se oye el chillido de la niña, que taladra los oídos, y seguidamente, el avión cae en picado en dirección al océano. Nadie sobreviviría.
Mientras caen al vacío, David se mantiene junto a ella, y sus últimas palabras, acompañadas por un beso, son muy claras:
- Encantado de conocerte.

5 comentarios:

  1. La verdad es que hacía tiempo que no me pasaba por tu blog, está claro que debo hacerlo más a menudo.
    Jamás me cansaré de decirte que adoro cómo escribes, tus palabras son exactas, perfectas, absolutamennte increíbles.
    Siempre me sorprendes con cada una de tus entradas, y siempre es una mejor que la anterior. Tan solo te puedo agradecer que, durante los pocos minutos que dura la lectura de tus magnifcos escritos, nos hagas soñar.
    Enhorabuena de nuevo, nunca dejes de escribir por favor :D
    @Mariabemaca

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  2. Madre mía... pero, ¿Cómo puedes escribir así? *_* Es algo muy bonito, y solo es el comienzo de una historia... ppff! esque me impresionas. Me ha encantado, he ahí mi opinión.
    Muchos besos, celia. tequiero.

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  3. Por cierto, pasate por mi blog, Hay una sorpresita:D besos

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  4. OMG, precioso :') Como siempre claro, en serio, lo tuyo es escribir sin duda alguna!

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  5. Me has hecho llorar. Escribes, dios, no se decirte, todo perfecto, cada palabra donde cuadra y las frases que no podrian ser mejores. Acabo de entrar y esto es los primero que he visto, perfecto, dios. Besos.

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