¡Mis increíbles seguidores!

sábado, 11 de febrero de 2012

Amor y Guerra

Esta es una redacción que he escrito para un concurso de un blog, espero que os guste y que comentéis^^
Por cierto, os recomendaría escuchar mientras leéis "A thousand  years"de Christina Perri o "Safe and Sound" de Taylor Swift.
Trata sobre una amor que surge en medio de la guerra de Afganistán.


Una dulce sonrisa se pintó en mi cara irremediablemente. Ese era mi destino, estaba segura. El era mi destino. Mirándolo desaparecían mis dudas, se esparcía por mi cuerpo una sensación agradable, incluso daba ganas de llorar. Al principio, tenía miedo de amar pero al conocerlo supe que mi vida estaba ya unida a él, incluso antes de la primera mirada que intercambiamos.
Nos conocimos en un lugar al que no volveré. De hecho, no creo que pueda ir a ningún sitio nunca jamás a partir de hoy.
Afganistán es un lugar de cenizas, un terreno arenoso lleno de riesgos.
En esa situación encontré a mi príncipe.
Ambos éramos militares, él trabajaba en una compañía de Madrid, y yo en una de Alicante. Nos destinaron al mismo lugar, para intentar aplacar la guerra, pero los dos sabíamos que eso era imposible. Entonces, ¿Qué pintábamos allí? Ni yo misma lo sabía. Solamente podíamos recibir noticias de compañeros heridos, e incluso presenciar muertes.
Recuerdo el primer día que lo vi. Yo estaba vestida con el uniforme, mi melena rubia sobresalía ligeramente. Me habían dicho que debía ir con los vehículos a inspeccionar que todo estuviese seguro.  A medio camino, la confusión se apoderó de mí y de mis compañeros. Una bomba explotó  en algún lugar cercano y automáticamente nos agachamos y nos cubrimos la cabeza. Cuando pasó el desconcierto, conducimos hasta la zona de donde procedía el ruido. Numerosos militares yacían en el suelo, inertes, sangrando. Me acerqué.
Uno de ellos abrió los ojos lentamente, con miedo. Estaba sudoroso, su cara cubierta de cenizas y su cuerpo en estado de alarma. Sus ojos eran azules… Muy azules, como un océano enfurecido que, contrastado con el fuego del lugar, se me antojaba perfecto.
Me miró y sonrío. Si, a pesar de haber estado al borde de la muerte, mostró una sonrisa impecable. No pude evitar corresponderle.
Aquella noche le curé y lo conocí más a fondo. Alrededor de las dos de la madrugada, ya estaba convencida de que era perfecto para mí.
Pasamos todos los días juntos, era mi única motivación para seguir con vida. Aguantaba mis momentos de depresión, y eran muchos por el hecho de estar cinco meses sin mi familia. Siempre estaba allí para mí. Y esa mañana, todo empezó a cambiar sin quererlo:
Esa vez, nos hicieron ir a aquel chico y a mí a pie, (Por falta de presupuesto) para comprobar si los atacantes habían marchado. Escuchamos un grito de guerra, y de golpe, tres disparos seguidos. Una bala rozó mi pierna lo suficiente como para herirme.  Él se puso de rodillas, junto a mí, sabía que venían a por nosotros, pero aquel chico parecía tener toda la paciencia del mundo.
-          Deberías irte, no importa. En serio, déjame aquí, lo último que quiero es que te pase algo- dije ante su insistencia
-          Lo único malo que me puede pasar es estar lejos de ti-
El tiempo se paró, ahora el fuego y los gritos me parecían más lejanos. ¿Por qué hacía eso por mí?  Nos quedamos allí, debatiéndonos entre la vida y la muerte. No nos importaba morir si estábamos juntos. 
Y aquí estoy, junto al hombre que amo, perdida en su mirada. Esperando a que los atacantes vengan a por nosotros. Esperando una muerte casi segura. No he podido despedirme de nadie… De repente, me siento vacía.
Un momento, me está sonriendo, ahora sé que todo está bien, que nadie me podrá hacer nada si estoy junto a él. Me abraza, siento su cuerpo cerca del mío y me invade una sensación muy dulce. Entonces alzó la cabeza, nuestros labios se acercan. Cierro los ojos. Contactamos, nos besamos mientras más balas pasan por encima de nuestras cabezas.
Quiero estar con él para siempre, así que poco a poco intento quitar baches del camino. Me levanto, no me importa que duela la herida, me levanto igual.
Me coloco a su lado y le doy una pistola. Sonríe de nuevo. No nos rendiremos sin luchar

2 comentarios:

  1. En dos palabras: SIN PALABRAS. Me encanta. Precioso. Dedícate a escribir, lo haces genial. Besos(:

    ResponderEliminar