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lunes, 24 de octubre de 2011

Ratoncito Colorao CAP.5

Ratoncito Colorao Cap. 5
(ISABEL) "Toda tuya"

"Todo tuyo, Arturo" Leyó mentalmente la frase lo suficiente para aborrecer, pero ella seguía repitiendo las palabras. Sus labios se abrían y cerraban pronunciando cada sonido.
 Una lágrima mojó el papel de la carta, así que decidió guardarla.
Abrió un cajón de su escritorio, dobló la carta y la dejó.

Entre la multitud, Isabella no llamaba la atención, se sentía deprimida, caminaba con la cabeza gacha, lo demás a su alrededor parecía sin vida, su mirada se perdía en el inmenso mar.
Al salir de su casa no había logrado apartar de su mente la carta.

Hasta que dos borrachos, salidos de una taberna se cruzaron en su camino, la empujaron violentamente, ella los apartó pero sin buenos resultados. Aquellos chicos eran demasiado musculosos. El primero era rubio, de ojos marrones, llevaba una navaja en el bolsillo. El segundo castaño, de ojos oscuros, su ropa estaba manchada de comida, pese a no estar obeso, y se movía mareado.

Isabella cayó al suelo, la levantaron por la fuerza de nuevo y la zarandearon, ella gritaba, la confusión a su alrededor se hacía más palpable.
Era imposible salir de allí, no la dejaban paso ni podía moverse.
El rubio la pegó, y le provocó una herida en el labio, que sangraba.
Se tapó el labio con la mano a la vez que el otro chico volvía a tirarla al suelo.
La arrinconaban, pronto se encontró al borde de la calle, si daba un paso más hacía atrás caería al mar, a unos 8 metros de donde estaba ella.
Se cubrió la cara con la mano.
Aquellos desalmados amenazaban con pisarla.
Reunió fuerzas y se volvió a levantar, empujó con furia al primer chico y lo aparto un poco. El segundo se rió de ella y la lanzó al vacío.
5 metros.
4 metros
3 metros
Descendía rápidamente, no tenía tiempo para pensar.
Intentó agarrarse a una rama, pero se rompió.
1 metro...
Se sumergió inevitablemente, aguantó la respiración.
Quiso subir a la superficie, pero estaba demasiado profundo.
Nadó rápidamente hacia arriba, el aire se le acababa pero lo utilizó al máximo.
Sus piernas empezaban a cansarse.
Y de repente el sol brilló más fuerte, solo quedaba un metro para salir de allí.
Tuvo un calambre en los últimos centímetros y pensó que todo había acabado.
Pero no quería que Arturo volviera y no la encontrara allí. "Toda tuya" pensó. No iba a rendirse antes de luchar, quería ver otra vez su sonrisa. Quería vivir...
 Así que se valió de sus brazos solamente y por fin lo logró.

Respiró profundamente, muchas veces seguidas. Sus ojos estaban húmedos, lo había pasado realmente mal y pudo distinguir a los dos borrachos que la habían agredido.
Nadó como pudo hasta la playa y subió de nuevo al puerto.
Su ropa estaba empapaba y le pesaba.

Evitó a los chicos pero ellos la vieron y se acercaron a ella.
Isabella corrió por el paseo marítimo, perseguida por esos dos imbéciles.
Terminaron alcanzándola y la cogieron del brazo, arrastrándola hacia ellos.

- No es justo, sois dos contra uno- susurró
- No necesitamos que sea justo- dijeron

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